Esta
técnica es sencilla y útil, ya que puede realizarse por una sola
persona, sin sedación y no suele presentar complicaciones.
La
técnica de Spaso inicia con el paciente en decúbito supino.
La
extremidad
afectada
se toma por la muñeca o antebrazo distal y se tira gentilmente en
dirección vertical,
aplicando una sutil tracción. El hombro se rota externamente y la
reducción ocurre espontáneamente.
Presionar
la cabeza humeral hacia su posición puede ser de asistencia, así
como sostener la escápula y la clavícula con una leve presión
hacia abajo.
Se
recomienda hacer la tracción continua,
la
técnica no necesita fuerza, sino paciencia.